22 noviembre 2009

LA EXPERIENCIA DE SER CASA DE ACOGIDA II

Escrito por Elisabeth, 22 de noviembre de 2009.
"Empecé como casa de acogida porque quería adoptar a un perro pero no sabía si tendría tiempo para él. Buscando por la web, encontré la pagina de O Jaticán y descubrí lo que era una casa de acogida. Pensé que sería una buena ocasión para ver si era capaz de tener un perro mío. Y así llego Xenda, mi primera acogida! Solo me hicieron falta algunos días para adoptarla...

Seguí acogiendo otros animales porque cada vez que veo un animalito abandonado, herido o en la calle, pienso que "solo" le hace falta una pequeña ayuda para salir adelante y conocer una vida mejor. Para ser casa de acogida, no hace falta tener una casa súper grande con finca y todo... a veces, solo con un baño disponible, se puede salvar una vida!

Cada vez que tengo que entregar uno de mis acogidos, me resulta difícil pero intento ver el lado positivo: Le he dado el tiempo necesario para que encontrase su familia y, más que nada... me queda un hueco libre para ayudar a otro!

Hacia todos los que han pasado por mi casa tengo un cariño especial pero el recuerdo más bonito que tengo es de Quinxo. Un cocker abandonado en la calle en un estado lamentable, viejo, enfermo. Cuando lo vi, pensé que acabaría su vida en mi casa, que nadie querría adoptarlo. Pero apareció su ángel y ahora vive feliz en una casa y recibe todo el cariño que no tuvo durante su vida. Desde éste, no creo más en Dios pero sí que creo que la gente también puede hacer milagros!

Como casa de acogida, solo tengo una queja: Adoptantes, no os olvidéis de nosotros! Siempre nos gusta recibir una foto de los "niños" y eso también nos ayuda cuando nos sentimos agobiados por tantos casos y tanta impotencia.
Soy consiente de que, para uno que salvas, hay miles mas en la calle, pero si nos hacemos nada...

Os puedo asegurar de que, ser casa de acogida es una experiencia muy bonita y vale la pena vivirla por lo menos una vez. No cuesta nada pero vale mucho!"

08 noviembre 2009

LA EXPERIENCIA DE SER CASA DE ACOGIDA I

Escrito por Mar, 5 de noviembre de 2009.
"Esta es la historia de cómo nos convertimos en casa de acogida y conocimos a Lluvia…
La cosa comenzó por un email, las chicas de O Jaticán habían recibido un aviso, alguien habían encontrado dos cachorros en el monte y urgía su recogida pues uno de ellos parecía estar enfermo. Fran y yo leímos el mail y como podíamos desplazarnos nos fuimos en busca de los peques, no teníamos pensando en quedarnos a ninguno de los cachorros en acogida pues ya tenemos un perro y el piso no es demasiado amplio.
Así que allá fuimos en busca de los cachorros, cuando llegamos nos encontramos a dos perritas de unos dos meses (se cogían con una mano!) unas bellezas cubiertas de pulgas y garrapatas . Una de ellas apenas se movía, la otra sentía curiosidad por todo y no paraba quieta.
De camino a casa mientras íbamos en el coche, viéndolas tan pequeñas e indefensas nos decidimos a acoger al menos a una, fue amor a primera vista. No sabíamos dónde meterla pero ya nos apañaríamos para hacerle un hueco.
Quedaron bautizadas como Tana y Lluvia. Tana se fue a casa de una de las chicas de la asociación, estaba muy malita, tenía la cadera rota por culpa de alguna patada que le habían dado, murió al día siguiente.
La otra chiquitina se vino a casa. Hicimos hueco donde pudimos, ya que los primeros días debía estar separada de Camel (nuestro perro) por la cantidad de pulgas y garrapatas que traía consigo.
Las dos primeras semanas se puede decir que apenas dormimos, qué pequeña era y qué pulmones!! Además ella no tenía ni idea de para qué eran aquellos papeles de periódico que le poníamos en el suelo… era más entretenido morderlos y hacerlos trocitos…
Fue pasando el tiempo y con paciencia y cariño dejó de llorar y comprendió para que valían los periódicos. Se convirtió en una perrita mimosona que cada vez que te veía era una fiesta y se tiraba panza arriba para que la frotaras.

Fueron 3 meses muy intensos, llenos de trabajo pero sobre todo de buenos momentos. Hoy ha sido adoptada , alegría y tristeza. Alegría porque va a tener el hogar que se merece, tristeza porque se convirtió en un miembro más de la familia. Lo que nos deja sobre todo es la satisfacción de haber hecho lo correcto, de ver que el trabajo pasado ha dado sus frutos…
Ser casa de acogida es una experiencia única, aparecen muchos sentimientos por medio que sólo se pueden explicar haciendo un hueco a esos amigos peludos que te lo agradecerán para siempre, ellos te necesitan."